
Ayer fue de esas noches en donde mis sueños realmente no tenían nada de sentido. Me acuerdo que estaba consciente y no del todo dormida, y cada momento del sueño me creaba sentimientos de confusión cada vez más grandes. Mis pies pegados al piso, cerros con pasto artificial azul, bloques y bloques de madera que se movían impidiendome moverme a algún lado, personas conocidas actuando de manera opuesta a como realmente son. Fue uno de esos sueños agotadores en donde te despiertas a cada rato y te das cuenta que únicamente han pasado unos cuantos minutos desde la última vez que checaste el reloj.
Sed, mucha sed, frio y a la vez mucho calor. Alucinaciones nocturnas.